Hoteles y restaurantes

En 2012 operaban en España 19.149 establecimientos hoteleros, que contaban con 1,84 millones de plazas, según el último informe Balantur de TourSpain. Por otra parte, la plataforma FEHRData ha hecho estadística de los locales de hostelería. En concreto, son 79.397 los restaurantes abiertos en nuestro país, concentrándose más de una cuarta parte (27,5%) en Cataluña y Madrid.

Los hoteles y los restaurantes ofertan básicamente servicio de alojamiento y el servicio de restauración a sus clientes. Adicionalmente, hoteles y restaurantes ofrecen servicios tales como la celebración de diferentes eventos, en los que el alojamiento puede no contemplarse, pero sí el servicio de restauración, más o menos completo según el deseo del cliente.

Alrededor de esos servicios fundamentales se encuentran los derivados de la necesidad de mantener un ambiente determinado. Es decir, la iluminación y la climatización (calefacción, refrigeración y ventilación), y la disponibilidad de agua fría y caliente. Asimismo, los hoteles pueden prestar una serie de servicios extra de entretenimiento /esparcimiento de índole cultural, deportivo, relax, etc.

Para tener disponible tal oferta de comodidades para los clientes, hoteles y restaurantes tienen que mantener operativos una serie de sistemas técnicos, que son los verdaderos consumidores de energía.

Consumo energético de hoteles y restaurantes

Consumo en hoteles

Según el último Informe Anual de Consumos Energéticos (MInetur), el desglose del consumo de energía en el subsector de Hoteles y restaurantes fue de un 73,10% para usos eléctricos y 26,90% para usos térmicos. La distribución del consumo energético, entre energía eléctrica y energía térmica, demandada por un hotel, depende de varios factores: del tipo de hotel, de su situación, categoría, los servicios que ofrece, etc.

Otro factor que influye de manera determinante en este reparto es el sistema utilizado para la calefacción del hotel. Aunque el sistema tradicional utilizado consiste en el empleo de calderas de agua caliente, cada vez está más implantado el empleo de sistemas basados en bombas de calor, con lo cual disminuye considerablemente el consumo de energía térmica, incrementándose como contrapartida el consumo de energía eléctrica.

Los gastos de energía de una instalación hotelera oscilan entre un 3% y un 6% de los gastos de explotación, por lo que el ahorro de energía puede contribuir de manera significativa a la reducción de los costes de un hotel.

Generalmente los hoteles consumen, por una parte, energía eléctrica, para su consumo en iluminación, ascensores, bombeo de agua, aire acondicionado, maquinaria eléctrica de cocinas, restaurante, lavandería, etc. También se están implantando, cada vez con mayor frecuencia, las bombas de calor eléctricas, que permiten el suministro de calefacción durante los meses fríos. Por otra parte, los hoteles consumen algún combustible, que se utiliza para la producción de agua caliente sanitarias, para calefacción (si no dispone de bomba de calor), para la calefacción de la piscina cubierta (si se dispone de ella), y también para el suministro de la cocina.

A la hora de realizar la distribución del consumo energético en el sector hotelero, se observa que debido a la gran variedad de tipos de establecimientos, número de habitaciones, categoría, situación geográfica, combustibles y fuentes de energía utilizadas, es difícil hacer una distribución estándar del consumo de energía en los hoteles, ya que existe una gran variedad en los porcentajes de consumo de los diferentes servicios que suministra un hotel, debido a estos factores.

No obstante, según la Guía de Ahorro y Eficiencia Energética en Establecimientos Hoteleros de la Comunidad Valenciana, y de manera indicativa, en la figura incluida anteriormente se muestra como se reparte la demanda energética entre los principales equipos consumidores.

Distribución del consumo energético

La creciente preocupación por el confort en los establecimientos hoteleros ha producido un incremento considerable en el consumo energético. Como podemos observar sin duda la partida de calefacción y aire acondicionado la principal consumidora de energía de un hotel, por lo tanto, los principales esfuerzos de los empresarios hoteleros a la hora de realizar inversiones en ahorro energético, han de ir dirigidos a la reducción del consumo de climatización, mediante la utilización de tecnologías más eficientes.

Parámetros de eficiencia energética

Por su particular finalidad, un hotel es un edificio creado para descansar y sentirse confortable. La energía, en sus distintas formas, es utilizada en muchas de las aplicaciones para contribuir a crear un ambiente confortable.

Por otra parte, no siempre un mayor consumo energético equivale a un mayor confort. Se conseguirá un grado de eficiencia óptima cuando el confort de los distintos ambientes y el consumo estén en la proporción adecuada.

En la tabla siguiente, obtenida de la citada Guía, se muestra una clasificación de los hoteles en función del grado de eficiencia energética, en la cual se observa el amplio margen de consumo que se puede presentar en un hotel, en función del grado de eficiencia energética.

parámetros de eficiencia

Mediante una pequeña contabilidad energética a partir de los consumos anuales tanto de energía eléctrica como de combustibles y agua, se pueden obtener los ratios de consumo energético del hotel.

A partir de estos ratios y tomando como referencia la tabla anterior, los profesionales del sector pueden clasificar su establecimiento desde el punto de vista de la eficiencia energética, y tomar las medidas necesarias para reducir el consumo y coste de la energía.

En los enlaces siguientes se encuentra más información sobre las medidas a aplicar en hoteles: